El Micromasaje es una extensión del Masaje Restaurador Corporal y se aplica con las manos en regiones muy concretas de nuestro cuerpo con el objetivo devolverle el equilibrio perdido. El Micromasaje se aplica a zonas muy sensibles relacionadas con sentimientos profundos y, por tanto, favorece no solo la recuperación corporal de la persona, sino también la psicoemocional.
El Micromasaje es un tipo de masaje muy minucioso en el que el terapeuta manipula tres zonas de nuestro cuerpo sometidas a mucha tensión: la cabeza (cráneo y cara), el sacro y el coxis. Mediante el Micromasaje, trabajando el tejido conjuntivo, se logra flexibilizar todas sus estructuras, siempre en colaboración con el paciente y respetando sus ritmos y sensaciones.
La caja ósea craneal está formada por segmentos individuales conectados entre sí por uniones llamadas suturas que deben mantener cierta flexibilidad y movimiento. Los ojos, la nariz, las orejas, la boca y la articulación temporo-mandibular necesitan su espacio y deben estar libres de tensiones musculares para, de este modo, corregir o aliviar problemas como la miopía, problemas de ortodoncia, sinusitis, ronquera, artrosis mandibular, etc.
El sacro y el coxis, situados al final de nuestra columna vertebral, son zonas que almacenan mucha tensión, pero deben liberarse de ella para proporcionarnos un correcto equilibrio y lograr una existencia saludable. Además, sacro y coxis son los encargados de facilitar a las mujeres un buen embarazo y una comunicación adecuada con el feto.
El Micromasaje se ha demostrado muy eficaz para el tratamiento de lesiones como: